con la mirada indiferente ante la periferia que vive en las lomas de la ciudad de los tugurios. Un incendio consumió tres casas y hay tres personas calcinadas, para la ciudad, los medios y su administración, una cifra y una tragedia humana. Para quienes vivimos y habitamos los barrios es una tragedia humana y social, ante la inclemencia y falta de voluntad política, para atender problemas estructurales de la ciudad, como el derecho a la vivienda digna.
La ciudad de la desgobernanza acumula en sus laderas la pobreza que se localiza y con ello, se acentúa las problemáticas sociales, ambientales y culturales, casas sin servicios públicos, familias migrantes venezolanas, campesinos despojados de sus tierras, familias abandonadas por el Estado; Altos de Samaria uno de los barrios de los nadies que valen menos que las balas que los mata, como dice Galeano. Pero que los mata diariamente la omisión y falta de voluntad política de una ciudad que piensa embellecer sus bulevares y omite dignificar la vida de sus infantes.
acumula en sus laderas la pobreza que se localiza y con ello, se acentúa las problemáticas sociales, ambientales y culturales, casas sin servicios públicos, familias migrantes venezolanas, campesinos despojados de sus tierras, familias abandonadas por el Estado; Altos de Samaria uno de los barrios de los nadies que valen menos que las balas que los mata, como dice Galeano. Pero que los mata diariamente la omisión y falta de voluntad política de una ciudad que piensa embellecer sus bulevares y omite dignificar la vida de sus infantes.
Esos infantes que en su canción Alí Primera alude “Niños color de mi tierra, con sus mismas cicatrices, millonarios de lombrices y por eso… Que viven los niños en las casas de cartón”
¿De qué infancias nos hablan? ¿Acaso somos la ciudad de las puertas abiertas o de los derechos negados? ¿Qué más tiene que suceder para que la ciudad ponga la discusión pública del derecho a la vivienda digna y ponga como eje central la vida y no la movilidad?
Es reconocer sus problemas estructurales y realizar inversión, construir con la gente, las familias obreras que edifican la ciudad, la ciudad de afuera, la que se ve lejana, la que se ve perdida, la que margina, excluye en sus laderas la miseria, la que niega sus derechos a sus ciudadanos, a la que llegan en campaña en pedir votos, pero de resto es lo poco estético de la ciudad.
“Usted no lo va a creer, pero hay escuelas de perros y les dan educación, pá que no muerdan los diarios, pero al patrón, como a los gobernantes de turno, hace años, muchos años, que están mordiendo al obrero.”
Una ciudad, que priorice las vías sobre la vida, jamás podrá seguir nombrándose el mejor vividero del país.